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Fue imposible colgar esta información antes, sin embargo queda reconfirmado nuestro sitio de encuentro mañana a las 10:00 am en la estación Hospital en la salida nororiental cerca del cementerio San Pedro.


Este Sábado 1 de Octubre,


Salida al cementerio San Pedro


miércoles, 9 de marzo de 2011

La casa de la Milagrosa

El lugar donde habitan los recuerdos más gratos de mi infancia y mi vida entera, (me atrevo a decir mi vida entera puesto que allí empecé a explorar un nuevo mundo inmerso en un mar de sensaciones cuya profundidad es incalculable, a demás, donde viví parte de mi adolescencia), era la casa de la Milagrosa, donde viví desde los 5 años hasta los 12.

Uno de los recuerdos que concibo con una lágrima de nostalgia, se remonta al mismo día donde me pasé a esta misma:

estaba yo donde mi abuela (quien vivía en el mismo barrio), haciedo bolitas de chocolate (barro), en el pequeño jardín de la estrecha y oscura casita; cuando llega una prima(quien era mucho mayor que yo) y me agarra la mano diciendo: -Vamos!!!...inocente pensando que ibamos a la casa que creía mía aún, accedí sin refutar.

Pero me dí cuenta desde el pricipio que ese no era el camino a "mi casa", cosa que me pareció extraña, y, a sólo 2 cuadras de mi abuelita veo un primer piso, con una fachada color crema, y unas rejas blancas, en donde el alboroto se escuchaba desde donde mi abuelita, cuando entro, veo un infinito corredor que finalizaba a 2 kilómetros en la cocina mostrando las enormes ventanas que daban al solar, ahhh!!! y a toda mi familia (prácticamente), reunida y haciendo escándalo (nononono). Yo en medio del shock veo a mi mamá y le pregunto que era lo que estaba pasando, a lo que ella me responde: -jaja sorpresa, esta ahora es nuestra casa!; en ese momento, inmediatamente echo un vistazo con más calma el lugar que me vería crecer y pasar mis años más felices.

La casa estaba compuesta por un patio enorme en toda la mitad de la megaestructura que dividia la sala del comedor y del resto de la casa, al lado del patio estaba el amplio corredor, y al lado del corredor estaban dos habitaciones consecutivas que vendrían siendo la mía y la de mis papás; un enorme ventanal de 3,50 metros de alto dividía la sala del patio (el cual me mantenía quebrando en el futuro jugando con mi balón de fútbol, o con cualquier objeto contundente de los que estaba acostumbrado a lanzar), al fondo, después del comedor se encontraba el primer baño donde aprendí a limpiarme sólo después de alguna evacuación de carácter importante, a bañarme y a cepillarme los dientes gracias al librito del doctor muelitas que tenía instrucciones precisas de "una correcta limpieza bucal". Al frente de ese baño se encontraba la habitación que utilizábamos para los "chécheres" que unos años más adelante se convertiría en mi habitación; más al fondo se encontraría la cocina junto al lavadero y junto al lavadero el 2do baño al cual le tenía un poquito de miedo, y sólo utilizaba cuando el primero estuviese ocupado, y por último se encontraba al final de la cocina la puerta que daria a unas escaleras que conducían abajo a un enorme solar con un "TREMENDO" sótano que para sorpresa de muchos (cosa que no me han querido creer), contenía en su interior una flamante cuatrimoto roja que sabrá el dueño cómo lograron poner allí (igual ni me dí cuenta cuando la quitaron), pero igual, el asunto esque estaba allí y ya!!.

Era éste!!!!, el solar, donde yo conocí la palabra libertad!. libertad de ser y creerme lo que a mi se me diera la gana, donde jugué con mi amigo imaginario, fue el lugar donde aprendí a hacer "treinta y una" con el balón, y prácticamente aprendí a jugar el deporte que sería la razón de mi ego: EL FÚTBOL!!, fue éste el lugar donde practicaba la bicicleta dando vueltas en un área de 3 por 4 metros, fue este el lugar que vio como un niño jugaba a ser grande, jugaba a vivir.

El solar estaba rodeado por todos los lados por palos de mango de los otros solares, en un muro, habia una pequeña cabidad donde se lograba ver el interior del solar vecino, y por cosiguiente, a la vecinita que era muy BUENA persona.

El sotano, el de la cuatrimoto, era el armario por decirlo así, de todos los juguetes que iba teniendo con el tiempo.

Fue ésta la casa en donde yo tuve la oportunidad de compartir con mis primeros amiguitos, saliendo a callejiar y a sacarle canas a mi mamá, fue éste el espacio que me recuerda inocentemente: la casa de la Milagrosa.

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