LUZ DE SANTA ELENA

Cuando yo tenía siete años vivía en una finca en Santa Elena, un corregimiento de la ciudad de Medellín. La casa tenía un corredor extenso que iba desde la entrada hasta el final de la casa, en medio de este corredor había un jardín interior lleno de flores y encerrado por unos grandes ventanales que dejaban entrar la luz durante el día. Este jardín comunicaba el cuarto de mis abuelos que quedaba aparte, con el resto de la casa, se entraba por una pequeña puerta y se cruzaban unas lozas de piedra enterradas en el piso para llegar a esa habitación, a su vez este jardín interior estaba rodeado por el resto de las habitaciones de la casa y en una parte por la cocina, todas estas tenían ventanas hacia él. Un recuerdo que tengo de esta época de mi vida es del olor a madera que se sentía en la finca, de como se veía la luz entrando por esos ventanales llegando al piso frio color terracota, y como se iluminaban las paredes coloridas.